Esculpido en las tinieblas de mi soledad he logrado buscarte; en el viento, en la oscuridad, y todo ha sido un grave desastre. Por más que he intentado vislumbrarte, solo he obtenido desmaye, solo ha sido implacable, no remediable, todo un desastre.
Caído al vacío estoy, cayendo entre espinas, herido entre rosas, por más que lo intento no puedo pararme, un pendejo desastre, incongruente barbarie. No pido ayuda, porque sé que no estás, no más!... confundido, perplejo; con la vista tumbada hasta el suelo; lo siento, que miedo!... quizás de no encontrarte nunca más, o no poder desistir de divisarte a perpetuidad.
Consuelo alguno ha de esperarme, allá a lo lejos, en el lejano hogar. Sincero y humilde quizás, sagrado y valiente no más, destruido quizás por el suelo, arañado quizás por espinas, confundido aún más por la vida, deseoso de no ver mis heridas, aquellas que jamás me lastiman; espero algún instante a que llegues, algún segundo para amarte, y así de una vez poder yo verte, escapar de este maldito desastre.
Autor: Wellington M.
Caído al vacío estoy, cayendo entre espinas, herido entre rosas, por más que lo intento no puedo pararme, un pendejo desastre, incongruente barbarie. No pido ayuda, porque sé que no estás, no más!... confundido, perplejo; con la vista tumbada hasta el suelo; lo siento, que miedo!... quizás de no encontrarte nunca más, o no poder desistir de divisarte a perpetuidad.
Consuelo alguno ha de esperarme, allá a lo lejos, en el lejano hogar. Sincero y humilde quizás, sagrado y valiente no más, destruido quizás por el suelo, arañado quizás por espinas, confundido aún más por la vida, deseoso de no ver mis heridas, aquellas que jamás me lastiman; espero algún instante a que llegues, algún segundo para amarte, y así de una vez poder yo verte, escapar de este maldito desastre.
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