viernes, enero 13, 2006

Fin!.

Entre la sombra de la oscuridad y el ardor del deseo, busco tu rostro, busco tu abrazo; o por lo menos, algo que me recuerde a ti, a tu sabor, a tus besos. Y sigo rebuscando entre los matices del día, entre el palpitar del oleaje; y aún no te encuentro, ni siquiera en las sonrisas de las rosas, ni siquiera en la mirada de sus pétalos.

Cansado de tanto vagar, me sentaré; me sentaré sobre tu recuerdo, sobre tus días bellos y húmedos, que tanto supe acariciar; con amor, con ternura, con pasión; de locuras. Pensaré dónde encontrarte, si en los tristes ojos del águila caída, si en el desesperado llanto del niño recién nacido. Y al final, cuando me canse y no te encuentre, me cansaré de tanto buscar, de tanto esperar; me cansaré de tanto estar cansado.

Y seguiré, como el viento que no para de soplar, y acariciar las mejillas de las hojas, como las olas que no paran de llegar hasta la orilla y sentir la humedad del tenso suelo, como el hombre que tanto busca entre la nada, y nada encuentra; como el hombre que tanto busca entre los sueños, y no sus sueños.

Autor: Wellington M.