Senda…

Hasta que al fin la decisión he tomado, de verte de lejos, y no apegarme a ti; a tus recuerdos, y a tus labios. No me hables, no me busques; otra historia haz tuya una vez más. Espero que tu protagonista te sepa comprender, y aprenda a aguantar todas tus tonterías y necedades, toda tu altanería y tu desmadre. Ya he dejado libre tu camino, no deseo seguir siento un tonto más de tus mentiras, espero que la vida te sonría con su hipócrita sonrisa, mientras caminas por este camino lleno de malicia.

Tu voz ya me resulta un eco en el olvido, no logro distinguir entre llantos y gemidos. Las ocasiones que alguna vez fueron tan solo una, hoy se han vuelto millones en el pasado. Y aunque lo haya repetido mil veces, hoy te lo digo una vez más, de tus andares inconclusos ya estoy cansado. No me interesan tus súplicas, ni tus reclamos, mucho menos tus engaños; ya todo eso también he dejado a un lado. En este momento todo lo salado que compartí contigo se ha vuelto insípido, todo ha caído al suelo, de tantos sinsabores, mareado.

Esa inconstancia que no me hacía perfecto, y que hoy día me ha abandonado, es lo que más agradezco en este momento; porque gracias a ella, la libertad a mis sentimientos ha llegado. Todo ese fracaso interno, de mí se ha alejado; y ahora en mi interior tan solo abunda amor, y un sentimiento marcado; una sensación intensa de calidez y cariño, un sentimiento tan intenso como el de un niño.