Porque a veces la gente no es tan estúpida como parece ser, porque a veces te engañas a ti mismo dentro de tus propios engaños, porque no siempre las cosas son como deben ser, porque a cada instante se vuelve más cerrado el destino con relación a tu presente, porque no siempre lo que crees que es lo es, no siempre lo que crees que no es lo será. Porque a veces crees que seguirás siendo siempre lo que eres, porque a veces crees que tu vida no va cambiar.
Es increíble cómo un ser humano puede pasar de lo sublime a lo ridículo y de la grandeza al anonimato, porque es increíble cómo las decepciones te tocan la nariz y no las percibes. El infierno no está lejos, está aquí, al lado tuyo, ahora mismo; el infierno es hoy, ahora. Me quedo sin palabras para describir la agonía en la que vive el ser humano, y en definitiva para qué? Para volver a ser un pedazo de piedra, de donde vino, y al que volverá. Me quedo pensando en las tantas mentes siniestras que nos rodean día a día, que nos hacen pensar cosas distintas a las que a cada instante se ocupan de dibujarnos en forma de fantasías.
Son unos miserables, no hay palabra mejor para describirlos. Le das un pedazo de tu vida como si fueran más que simple conocidos, como si este lugar fuera tan solo un simple momento en donde nadie es indispensable, y a final de cuentas tan solo eres un estorbo, una insignificante línea más de la gran libreta de apuntes de su vida. Tantas veces he querido no perder el tiempo externando de una forma u otra este tipo de situaciones sobre seres insignificantes que cada día aborrezco más y más. Si tan solo pudiera escapar de este maldito lugar.
Y no!, no lo dejaré en tan solo 3 párrafos, no les daré el gusto de terminar aquí, pues hay bastante de qué hablar, hay demasiadas canalladas presentes en mi vida cada día que hacerles saber a mis amigos, estos que me leen. La enfermedad es parte de la vida, el mundo es parte de la vida, entonces hay que recordar que el mundo gira y gira, da tantas vueltas, hasta que te enfermas y mueres. Tienes que saber, querido idiota! (No tú que me lees, sino sobre quien escribo), que tu vida no vale más porque estés sentado en una silla más alta que la mía, que la vida no es vida si no hay honestidad, sinceridad y no solo avaricia, que los momentos van pasando, rápida o lentamente, pero van pasando; el destino es malvado, bienaventurado, y muchas veces contradictorio. Siempre deberás recordar el daño que has hecho, cuando estés tirado en el pasto, sangrando incesantemente, delirando entre gemidos y murmullos, y te des cuenta que no hay nadie a tu lado que te pueda brindar una mano.
A todas aquellas personas mal agradecidas, a todos esos que se jactan de posiciones, a todos aquellos que pierden su humildad y no recuerdan de donde vienen, también recuerden que no saben a dónde van.
“Te he dicho que no mires atrás
porque el cielo no es tuyo
y hay que empezar despacio
a deshacer el mundo.” H.D.S.